Promueven la utilización instantánea de los ecógrafos portátiles en el punto de atención. ¿Qué hay de nuevo en una tecnología ya existente?

La ecografía es una técnica diagnóstica que surgió asociada a la práctica hospitalaria y dominada por los radiólogos. Sin embargo, ha ido ganando lugar en distintas especialidades como cardiólogía, ginecología, neurología, medicina del deporte, entre otras.

En atención primaria se ha extendido su uso en los centros de salud, pero ello implica una inversión inicial en formación y experiencia de los médicos, así como en la compra de los ecógrafos portátiles. La importancia que ha ganado la ecografía en Atención Primaria se debe a que aumenta la capacidad resolutiva, la fiabilidad y el rendimiento diagnóstico, disminuyendo las listas de espera, reorientando la aptitud terapéutica y ahorrando recursos al sistema.

Existen diversos tipos de ecógrafos según la funcionalidad: cardiológicos (diseñados para examinar el sistema cardiovascular), ginecológicos (para exámenes en obstetricia y ginecología), quirúrgicos (equipados con sondas laparoscópicas e intraoperatorias especiales e incluyen un software específico para usos en cirugía) y universales (utilizados en todos los campos de la medicina). También existen los ecógrafos multifuncionales.

Por otra parte, pueden ser estacionarios, (que se utilizan sólo en instituciones sanitarias) o bien portátiles. Estos últimos son los elegidos especialmente en centros médicos, así como en exámenes de cabecera e incluso en donde los pacientes residen.

Pero ¿qué pasa cuando elegimos tener uno de estos dispositivos en casa?

Ecógrafos portátiles

Si bien se vienen desarrollando hace mucho tiempo, en la Argentina se presentó recientemente la última experiencia con los ecógrafos portátiles, de la mano del Butterfly IQ. El dispositivo pesa alrededor de 300 gramos y permite obtener imágenes de alta resolución del cuerpo entero. Su tecnología es con pulsos de ondas, generados por chips dentro del dispositivo del tamaño de una afeitadora eléctrica. Los resultados se visualizan en un iPhone o Smartphone.

La novedad es que incorpora una guía al usuario a través de un algoritmo de inteligencia artificial que orienta tanto el escaneo correcto de la zona del cuerpo que se explora como la interpretación de las imágenes. Asimismo, las imágenes se pueden subir a la nube y compartir con especialistas en sitios remotos.

Hacia dónde vamos

La disminución en el tamaño de los ecógrafos está permitiendo su portabilidad, haciendo posible incluso desplazarse a la cabecera del enfermo, reduciendo los desplazamientos innecesarios al hospital, tan complejos para determinados pacientes, y mejorando su acceso a los que viven en zonas rurales alejadas del núcleo hospitalario.
Las ventajas de disponer de este tipo de tecnología diagnóstica al alcance de la mano son muchas. Es manejable, dinámica, de accesibilidad inmediata y sin efectos secundarios para el paciente. Por eso posibilita la realización de estudios comparativos, el seguimiento y la detección de complicaciones. Todo esto habilita una práctica diaria.
Algunos detractores del uso de tecnología aplicada a la medicina en el hogar expresan que puede haber falencias no sólo en la calidad de la imagen, sino que además se le sacará mayor o menor rendimiento en función de la experiencia del ecografista.

Todo parece indicar que, con sus pros y contras, los contextos venideros harán un gran uso de este tipo de dispositivos. Desde luego, estamos lejos de que esta tecnología permita hablar de una “democratización de la salud” en tanto hay ciertas cuestiones de costos y de expertise implicadas, pero ciertamente todo conduce hacia ese objetivo.