En las últimas semanas escuchamos como un mantra que el coronavirus nos lleva a “cambiar hábitos” y reaprender desde lo vincular. Definitivamente la obligatoriedad masiva de distanciamiento social y cuarentena llevó a cambios drásticos en nuestras conexiones, que no sólo tienen repercusiones en la dinámica cotidiana sino también en las empresas tecnológicas.
Mientras que la economía tradicional y los mercados bursátiles mundiales se desploman, las acciones de las empresas digitales que ofrecen servicios funcionales para estos días aumentan de forma exponencial.
El servicio de video en línea y conferencias remotas Zoom, ha subido 91% este año a medida que aumenta la demanda corporativa de sus productos. De hecho, según Bernstein Research, a fines de febrero Zoom había agregado 2.22 millones de usuarios activos mensuales, superando los 1.99 millones por mes que promedió en todo 2019.
En nuestro país, las empresas informáticas vieron la oportunidad de expandir sus servicios. Desde los inicios de la cuarentena ofrecieron soluciones que apuntan a sostener el trabajo y la productividad, así como brindar entretenimiento.
Por dar algunos ejemplos, Microsoft abrió el acceso de la solución Teams, para trabajar de manera remota y colaborativa, que permite realizar eventos en vivo para hasta 10 mil personas. Facebook habilitó Workplace Advanced para los servicios de emergencia y las organizaciones gubernamentales. DirecTV, Cablevisión, Telecentro y Movistar abrieron gratuitamente sus paquetes premium y sumaron contenido especial para sus clientes. Y la Cámara Argentina de Call Center implementó protocolos de seguridad.
De alguna manera, la respuesta corporativa fue priorizar la conexión humana sobre la transmisión pura de información. De hecho, una de las primeras reacciones al confinamiento en los hogares fue una explosión y sobredemanda de presencia digital tanto de personas cercanas como en el ambiente laboral. Una multiplicación casi caótica de oferta de actividades y recursos en línea que se ofrecen desde centenares de plataformas en línea.
En cierto modo, las tendencias anteriores a la comunicación silenciosa (correo electrónico, mensajería de texto, redes sociales) se revirtieron priorizando un contacto hablado de mayor calidad.
Responsabilidad Social y Empresarial
Sin embargo, como ya lo dijo el Tío Ben en Spiderman, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. En una entrevista del New York Times, la periodista especializada en empresas tecnológicas y cofundadora de Web Recode, Kara Swisher, hizo hincapié en que el hecho de que debamos acudir más que nunca a los servicios de las empresas tecnológicas, no anula los problemas que estas tenían antes.
Desde cuestiones ligadas a la privacidad y la seguridad hasta cómo lidian con sus propios empleados, en estas ocasiones se ponen de relieve las grandes desigualdades del sistema preexistente: “las empresas tecnológicas han vivido de la mano de obra barata de otras personas durante mucho tiempo, ya sea un conductor de Uber, un repartidor o trabajadores de un almacén de Amazon. Estos trabajadores merecen una paga mucho más fuerte y más beneficios. Eso es costoso para las personas que desean seguir siendo enormemente ricas y para los consumidores a quienes les gusta un precio bajo”, expresó Swisher.
Son tiempos de observar las nuevas formas de hacer en donde mucho recae en las soluciones onlain. Las nuevas dinámicas tecnológicas tanto personales como empresariales, deberán acarrear un alto grado de conciencia en sus propuestas y desarrollos.