Desde Argentina la aplicación del gobierno ya fue empleada por 500 mil personas. El MIT, por su parte propone una versión que además impide la vigilancia gubernamental. El objetivo, frenar al coronavirus.
En momentos en que el Coronavirus se propaga por el mundo a una velocidad extraordinaria, las tecnologías de la información y la comunicación se transforman en una herramienta fundamental. Hoy en día, existe la posibilidad de hacer un seguimiento minuto a minuto de los avances de la pandemia y de las nuevas técnicas y descubrimientos, todo gracias a los dispositivos que, no hace mucho, utilizábamos con otros fines.
Los gobiernos no demoraron en entender que los smartphones, que tienen una amplia penetración en los hogares y un alto nivel de consumo, son armas esenciales para la llegada uno a uno.
ALGUNAS PROPUESTAS
El Gobierno chino desarrolló una app junto con la Corporación del Grupo de Tecnología Electrónica de China y las autoridades de salud y transporte que le dio buenos resultados en el control de la propagación de la epidemia. La misma, definida como “contacto cercano”, detecta si las personas estuvieron en riesgo de contraer coronavirus al entrar en contacto con casos confirmados, sospechosos o leves.
En nuestro país, se lanzó recientemente la aplicación Coronavirus Argentina, que recibió más de 100 mil descargas en menos de 24 hs y cuyos principales objetivos son: permitir el autodiagnóstico de síntomas en caso de sospecha e infección de Covid-19, descartar riesgo de contagio al comparar los síntomas con otros cuadros de salud gripales y mantener informada a la población sobre las medidas de prevención. Se pretende que siga sumando funcionalidades.
Al igual que en China, una aplicación de estas características requiere de un trabajo interdisciplinario. En este caso participaron en su desarrollo la Secretaría de Innovación Pública de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, en conjunto con el Ministerio de Salud, la Unidad Coronavirus del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Ministerio del Interior y Migraciones.
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¿PRIVACIDAD O FUNCIONALIDAD?
Sin embargo, aplicaciones como estas que por ejemplo pueden hacer uso de geolocalización, ponen de manifiesto otras problemáticas como la intrusión en la privacidad de las personas.
Por este motivo, investigadores del MIT, Harvard o de la Clínica Mayo, junto a desarrolladores de Facebook y Uber, idearon una ‘app’ que impide la vigilancia. La misma permite el registro de la localización y compartir movimientos. En esos casos, la app envía una notificación a quienes permanecieron en zonas cercanas de infección. Esta información sería utilizada fundamentalmente por los usuarios.
A través del almacenamiento por tiempo limitado en el propio dispositivo del usuario, el pedido de consentimiento para compartir su información y el uso de código abierto al mundo, busca generar confianza y evitar el rastreo gubernamental.
Las innovaciones hoy en día avanzan a una velocidad sorprendente y las propuestas son múltiples. Una muestra más de las posibilidades que abre el trabajo y esfuerzo mancomunado.
